martes, 29 de enero de 2013

círculos (al parecer crecimos)

Empiezan a plasmarse las letras, empiezan los recuerdos. No ha pasado mucho, pero acá va:

Fueron tiempos y lugares que se convirtieron en infinitos momentos: risas, bostezos, bromah's, preocupaciones y más. Fueron nuestros esfuerzos y desarrollo, y por sobre todo, fueron parte de la vida.

Así se nos pasó la suciedad, los caminitos de agua, las huidas del sol y las búsquedas del sol. De un día para otro dejó de ser para siempre parte de nuestro instintivo caminar y pasó a descansar detrás de una puerta de nuestro corazón para, de vez en cuando asomarse en forma de recuerdo y sonrisa.

Sin duda muchos otros tesoros de vida estarán por venir, pero nunca iguales. Y no es que esté triste, pues la melancolía sabe mezclar tan bien los sentimientos que nunca se puede estar sintiendo sólo uno a la vez. Pero hay algo que si me evoca siempre: el deseo de dar gracias.

Gracias a la vida (cómo más de un ser ha expresado), gracias a los sentimientos, a los errores, a las peleas, a los abrazos, a los consejos, a las complicidades, a los consuelos, a la ignorancia y al saber, a los recreos, a los microondas tardíos, a las caídas, a los chillidos, a las clases exprés, a las botellas, a las manzanas, al hambre, a los desodorantes comunitarios, a la música, a las fotos y videos, a la "rebeldía", a las calzas salvadoras, al sol, a los círculos, y sobretodo a aquellas casualidades no casuales que me permiten esta tarde añorar brevemente una mágica etapa y a aquellos amigos que podré ver o no después, pero que para mi suerte (o mala suerte) siempre serán los amigos que las mañanas junto al sol me evocarán con una sonrisa.


Solemos darnos cuenta al final.

1 comentario:

  1. ORIANA te admiro mucho , eres muy buena escritora y por lo demás muy buena persona!! nunca cambies te quiero mucho!!!
    Muy cierto lo de los tesoros nunca serán iguales espero aprovecharlos al máximo!!!
    un besito

    ResponderEliminar