martes, 4 de junio de 2013

tristes miradas

Las miradas tristes se notan a kilómetros. Pertenecerán a las mejores sonrisas, pero tristes siempre estarán.
Quizás sin darse cuenta, quizás sin quererlo expresar, pero tristes están. Algo adentro, en lo más profundo del ser está triste, algo hace que arrastren su melancolía por el resto de sus vidas. Se les reconocen a kilómetros: soñadores, depresivos, gritones, sabios, intensos, apasionados, creadores, curiosos, viajeros, nostálgicos; cualquiera puede llevar una mirada triste. Basta con tomarlos de sorpresa y observarlos un par de segundos, perdidos... perdidos en una tristeza infinita, profunda, inexplicable. Y sin embargo, allá van, como si nada; los vemos en todas las fiestas, se cruzan a diario  con nosotros, nos enamoramos de ellos, nos hacen reír, los odiamos, los idolatramos, lideran espacios,  bailan toda la noche, no comen cebolla, y se pierden en los más mínimos detalles.

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