sábado, 3 de septiembre de 2016

el último verso siempre es un final abierto (+)

Aguantar tiene su límite.
El silencio, el ruido, la distancia y el optimismo.

Por donde mirar el vaso se vuelve un desafío.
Un mal rato.

Cuánto puedo hacer y cuánto no.
Cuánto he hecho y cuánto he olvidado.
Cuánto culpo y cuánto acepto.
Cuánto quiero y cuánto no.

Que alguien lo diga.
Basta de víctimas, basta de ocultar, basta de no hacerse cargo.
¿Cuánto nos posicionamos en esos lugares?
¿Cómo saber si nos corresponde?

Dualidad
Tengo que hacerlo, es mi responsabilidad.
No me corresponde, tengo que aceptar sin juzgar.

Apagarse, no poder descifrar la emoción.
Querer parar y desconectar, olvidar.
Temor a apagarse, necesidad de resolver lo que adentro habita.

Convertirse en una carga, como las que cargo,
Admitir que esa es la idea que enloquece.
Volver a querer desaparecer.

Estos no eran los planes que tenía para mi.
Aprender es agotador, no me feliciten.
Enséñenme a dormir, aunque no pueda.

Estar sintiéndome así, mi mayor miedo.
Aceptar mi sombra, mi mayor desafío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario