Caminando dentro de mi voy encontrándome.
Voy preguntándome cuánto de todo esto siempre ha estado aquí,
y cuánto ha llegado por lo que viví.
¿Serán a caso ronchas sobre mi?
¿Serán a caso puertas que nunca quise abrir?
¿Será que debo combatir?
¿Será que debo aceptarme así?
Las preguntas rondan,
mientras las respuestas juegan.
Se inclinan por aquí, se vuelven por allá.
Y no queda más que ir, que seguir.
Que adentrarme en busca de las respuestas,
a pesar que de vez en cuando me pierda.
No queda más que acariciarme, que animarme, que aceptarme. Siempre dependiendo de la tarde.