martes, 27 de octubre de 2015

Gracias palabras.
Gracias letras, por crear mundos.

Gracias porque permiten fluir, a su ritmo y emoción.
Gracias por permitirme escribirlas y pronunciarlas,
por dejar ver cuando las confundo y las cambio,
por enmudecer de vez en cuando y expresar lo que callo.

Gracias por lo único.
Símbolos, idiomas, acentos, paradojas, ironías.
Gracias por lo común, lo que une.

Hoy no sólo les doy las gracias, sino que les confieso mi amor.
Amo escribirlas e hilarlas.
Amo entonarlas y emocionarlas.
Amo callarlas y demostrarlas.
Amo leerlas y escucharlas.
Amo saber que nunca las terminaré de comprender,
que infinitas son, que infinitamente crean,
y que cuando ya no estemos, ustedes lo harán.

Disculpen si fui cursi, pero más aún,
disculpen no poder homenajearlas lo suficiente. 
Nuevamente, ¡Gracias!

lunes, 19 de octubre de 2015

el reto más grande

Me toca guardar la capa de superhéroe.
Capa que llevo planchando hace mucho, porque es mucho lo que veo y sueño.
Pero es poco lo que puedo, más bien, debo.
Y es allí cuando la propia capa empieza a tirar, empieza a molestar, empieza a dañar.
Es allí cuando quiere salir volando, como queriendo escapar de mi espalda, como queriendo dejarme a un lado.

Se abre un mundo de posibilidades, pero asusta el hecho de no sentir más el peso.
No es que no quiera, es que es raro. Es casi un proceso de duelo.
Pero de la crisis es el cambio, pronuncio, y cuesta.
No es resignación, es aceptación (vuelvo a pronunciar), y cuesta.

Y me siento pequeña sin ella.
Y quiero sentir que no la necesito para sentirme grande.
Y me siento frágil, y eso no tiene porqué ser malo.
Y necesito un abrazo, no una capa.

Un aprendizaje viene como es de costumbre en cada desafío.
Esta vez tengo que aprender nuevas pautas, nuevas formas.
Debo experimentar, de a poco, porque es mucho lo que veo y sueño.
Debo equilibrar, porque por más que guarde la capa, no desaparecerá.

Si estas letras pudiesen sentir, sabrían lo que cuesta.
Pero ahí está, la capa animándome y pidiéndome que esta vez lo haga por mi.


viernes, 9 de octubre de 2015

De vez en cuando

Algunas madrugadas pienso que existen dudas que no queremos ver.
Que nos aferramos, quien sabe a qué.
Que nos engañamos, quien sabe por qué.
En realidad sí sabemos.
Nos aferramos al control y nos engañamos por el temor.

Y es que a la vez, no sabemos que hay después.
Tal vez nos aclaremos, tal vez no.
Pero ahí están, las ganas de conseguirlo, de no dejar el brazo torcer aunque en realidad ya lo estemos haciendo.

Ahí estamos, caminando por las dudas.
Por las aventuras.
Por los desafíos.
Por los aprendizajes.
Por el miedo y el coraje.

Pienso que, lo importante al final, es que estamos.