miércoles, 31 de diciembre de 2014

me cansa pensar en un título

A veces te cansas.
Tanto ruido, tanta multitud, tantos comerciales, tanto tanto tanto.
Desesperados buscamos abarcar cada instante de tiempo, "que todo calce".
El control del tiempo nos controla a nosotros, desesperados queremos saber cuando sucederán las cosas: cuando llega la micro, cuanto es el tiempo de cocción, cuando leyó el mensaje, cuanto falta para las vacaciones, y así... hasta que a veces te cansas.

Que la educación, que la guerra, que los megapixeles de la cámara, que los comerciales de spotify, que la toma de ramos, que no me crié en capital, que el puto voldemort sigue apareciendo en los sueños, que la derecha, que la izquierda, que el depósito del banco, que el verano sin polera, que el trabajo en la comunidad, que las lentejas, que aquí, que allá.

Y te cansas. No es que no importe, solamente agota, cansa. No es que no importe, es que sigo siendo humana y a veces me canso.

Propongo dejar de quejarme, recostarme en el pasto, escribir y estirar la espalda para después "retomar el tiempo". (eso, o ir donde un asiático que realice acupuntura y dejar que me hable, sin que le entienda, sin procesar conceptos mientras simplemente le sonrío). 

martes, 30 de diciembre de 2014

Al forastero, al viajero extranjero

A ti que caminas, simplemente caminas.
Que vas dibujando nuevos rostros,
en las calles, aeropuertos, barcos y trenes.

A ti que olvidas el tiempo,
que un mes son años,
que los amigos no envejecen, ni los lugares mueren,
que ayer, hoy y mañana pueden ser lo mismo.

A ti que en sueños cantas y juegas,
que en sueños entras danzando a aquella casa,
que en sueños luchas y abrazas.
Sueños.

A ti que atesoras fotografías,
que les darías mil "me gusta",
que de perderles sufrirías como quien pierde un recuerdo.
Como quien pierde la cercanía.

A ti que no olvidas,
que aunque muchos piensen lo contrarío,
recuerdas con vida cada instante y momento.
Momentos fugaces, ínfimos, eternos, enormes.

A ti que planificas la próxima partida,
la visita especial, el recorrido anhelado,
la comida, los regalos y palabras.
Cuentas los días.

A ti que amas todo lo que lejos has aprendido,
que te entregas al mundo, que lo vives a él.
A ti que sin embargo algunas veces incomprendido te sientes,
que del mundo completamente extranjero te vuelves.

A ti, que buscas respuestas a ese sentimiento,
de ser y no ser, de estar y no estar, de ir y venir.
Te digo, más bien te abrazo:
No eres el único, no eres la única.

A ti, a mi y a nosotros.
Por distintas razones estamos en este movimiento:
lugares, emociones, ideales, personas, miedos.
Todo es movimiento.

A ti, a mi y a nosotros.
Ya es parte de nosotros, ya no se puede borrar.
Ya estamos en este viaje y por mucho que regresemos,
siempre el movimiento seguirá.

A ti, a mi y a nosotros.
Espero dejemos huella tras nuestro paso,
espero abracemos cada instante, nos abracemos.
Espero recordemos:

Lugares, sabores, colores.
Sonrisas, caídas, abrigos.
Cantos, texturas, zapatos.
Palabras y silencios.
Bienvenidas y despedidas.
A ti, a mi y a nosotros.

jueves, 25 de diciembre de 2014

2014

Dos mil catorce, tal vez esas fueron las vueltas dadas.
Vaya año, más bien años. Fue eterno y lleno, llenísimo de cosas.
Ni siquiera sé por donde empezar, ni siquiera sé si podré plasmar todo.

El caballo de madera me invitó a soltar expectativas desde el día uno. En todo, con todos.
El amor se asomó, tan repentino, con una eternidad fugaz. Vaya felicidad envuelta en canciones, en viajes, en descubrimientos, en entregas, en temores, en confianza.
Confianza que me impulsó a superar las inseguridades desatadas en el 2013 y a poco a poco trabajar el desafío trazado para el 2014. Hoy miro hacia atrás y no me arrepiento de haberme subido a aquél viaje, en el que parecía que viajábamos desde antes. Eterna fugacidad que llegó a su fin.
Vaya dolor, me volvió irreconocible. Vaya sorpresa ver los distintos caminos que tomamos, vaya sorpresa.

Hoy miro, y vaya que fue necesario. Nuestro viaje tenía fecha de regreso, toparnos en el camino te hizo dar cuenta de que ya estabas en otro que debías retomar, y a mi, a mi me hizo confiar y recordar aquél camino que había dejado de lado. Increíble ciclo, emociones de las más profundas y diversas me hizo experimentar, reír y llorar, amar y vivir. 

Pero todo esto lo digo ahora, hoy. Jamás pensé que daría vuelta aquél dolor, jamás pensé que tendría un real sentido. Y es que lo que vino después, fue como un salvavidas. Cuanta entrega, cuantos desafíos y aprendizajes. Cuantas ganas y energía, cuantos sábados sin dormir y semanas de largos viajes. Cuantos seres conocí y disfruté, cuantos amigos estuvieron más que nunca (incluso sin darse cuenta). Vaya reencuentros, incluso conmigo misma.
¡Que orgullo! di vuelta aquellas semanas de mierda, que orgullo cumplir más de algún sueño a la niña de hace 10 años. Hoy quedan atrás muchos temores, hoy me he reconciliado con aquella forastera de mi interior que temía cortar sus raíces. Hoy siento que poco a poco comienza a reconstruirse la piel que fue mudada.

Pido disculpas si herí, si ignoré, si enjuicié equivocadamente, si no comprendí, si no acepté, si me rendí.

Para mañana hay muchos desafíos, mucha entrega y amor. Muchas ganas por seguir limpiando las sombras, y sobretodo, muchas ganas de aprender y gastarme.

Agradecida por un año más, cierro el ciclo del año que se va y suelto mis expectativas para el 2015. Que simplemente fluyan.
Formamos parte de un ciclo infinito de constante movimiento y transformaciones. Ciclo infinito compuesto por pequeños ciclos que comienzan y caducan constantemente para dar comienzo a otros. Y así, infinitamente.

viernes, 5 de diciembre de 2014

De paso

A la vuelta de la esquina está el cambio, está el amor.
En cada paso está el otro, está uno.
Nos mueve la transformación, no nos para la destrucción.

El corazón late, se rompe, pero siempre vuelve a latir.
Nos encontramos pulsando en cada rincón, conectando con millones de emociones que pulsan en otro rincón.
Formando parte de algo inmenso e ínfimo a la vez. Estando, aún sin saberlo.

Hoy es un día más, un segundo de tiempo más en donde las emociones fluyen,
donde intentar encontrar palabras y plasmarlas en frases virtuales se vuelve un desafío.
Hoy es un día más de esos días que me siento ínfima e inmensa a la vez, parte de todos a pesar de las distancias.

Soy aquello que detesto, aquello por lo que lucho, aquellas lágrimas y risas, aquellas omisiones, aquellas miradas externas, aquél niño bailando en la selva, aquella anciana recordando la guerra y aquellos sueños que en la noche fluyen rompiendo todas las barreras.

Estas letras son el intento de semanas de agradecimiento, de la búsqueda de una mirada, de la sanación de un corazón roto, de las ganas de seguir en movimiento, del deseo de conocer y abrazar las historias que han marcado nuestra tierra, del miedo al olvido, de la esperanza en cada latido.


viernes, 3 de octubre de 2014

Soy mucho menos lo que sé, que lo que siento.

Emociones me recuerdan que vivo, que giro en espiral, que no todo es para entender. Le recuerdan a mi cuerpo que está vivo, que hay cosas que duelen, otras que enerven, y muchas que hacen vibrar cada rincón del ser.
Y las explicaciones quedan cortas, cuando cuenta te das que al final, todos nos componemos de lo mismo y todos tenemos derecho a vivir nuestras emociones. ¿Y qué hay del apego? hermoso vínculo en la vida, doloroso cuando se pierde. ¿Y quién soy para atar? Soy todo aquello que no puedo llamar mio, ¡como le cuesta entender al ego!. 

Al final, en la ambivalencia emocional, no queda más que aceptar, que agradecer y seguir el camino, confiando y sin apurarse. Quiero aceptar (que no es lo mismo que rendirse) y dejar ir aquello que hiere, aquello que aún no se desprende del corazón. Quiero confiar (que no es lo mismo que dejarse pisar) y dejar que entre todo lo que sana, aquello que no se clavará en el corazón pero sí lo mimará. 

No puedo odiar a quien decide amar. No puedo odiar a quien no ama, y menos al que no me ama. Pero vaya que duele cuando no hay reciprocidad, y es eso lo que cuesta aceptar.

Pero de algo estoy segura, y es que todo tope de caminos entrega aprendizajes, entrega emociones, entrega vida. Y de otra cosa estoy segura, y es que tengo el infinito temor de no haber aportado a los otros en los topes de caminos: temo olvidar y temo que me olviden. 



¿Será que en el temor habrá amor?.

Ho'oponopono: lo siento (acepto), perdóname (espero entiendas), gracias (por todo lo entregado), te amo (como ser que eres), te dejo ir y me permito continuar.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Estrella fugaz

Eso fuiste (o no sé si eres).
Viajaste en el espacio y la luz hasta irrumpir en mi vida. Temblé mucho, jamás te busqué, jamás quise romper mi rutina, y lo hiciste, me atreví.

Tu fugacidad me conquistó, tu despistada simpleza en constante movimiento. Puse a prueba tantas cosas, saqué las grises ataduras y brillé. Brillamos, pensé.

Pero nunca dejaste de ser fugaz (y tal vez nunca lo dejes de ser), así como de un día para otro irrumpiste, de otro día hasta acá todo lo rompiste.

Fugaz partiste a recorrer lo que nunca recorriste, a encontrar un lugar allá con los astros, tu propio lugar. Siempre lo entenderé, y quizás siempre supe que pasaría. Si la velocidad es lo tuyo, lo mio es la calma.

Pero lo que jamás pensé que pasaría, fue el cómo te rendiste, cómo fue que me apartaste, como fue que me convertí en ola y dejé de ser hola, sin darme oportunidad alguna, sin desafiar al tiempo, sin atreverse. ¿Por qué no sólo disfrutar y olvidarse de si se ama más o no?. Jamás lo entenderé, pero tampoco lo juzgaré -no quiero rencores-,

Como puede verloh, entiendo que no son los mejores tiempos, y que quizás de igual modo no llegaríamos tan lejos, pero como me tranquilizaría haber jugado las últimas cartas y poder aplicar todo lo que del adiós he aprendido. Hay tanto que tengo para aún decir y me desespera que me duela, pero ya, es lo que hay (creo).

La misma fugacidad que me atrapó, me desconcertó, detuvo el tiempo y me dejó sin explicación. Pero prefiero tomar un poco de tu fugacidad, recordar con cariño y continuar tranquila en el tiempo y el espacio, como siempre (girl on fire). 

Odio ser cursi y patética, odio dar la lata, pero: nunca fuiste, ni quise que fueras el amor de mi vida, pero siempre serás aquella estrella fugaz que me hizo confiar. Mucha suerte en el viaje.

a veces te extraño, otras ni me acuerdo (ojalá tu si te acuerdes).
 los ciclos acaban siempre para mejor


jueves, 17 de abril de 2014

Giramos en un espiral

Y para cuando no estés, ahí estaré yo.

Cuando nos entregamos a un otro, solemos olvidar que también lo hacemos hacia nosotros. Depositamos todo en aquél, pedimos todo a cambio, nos volvemos vulnerables y delicados. Olvidamos que de nada sirve amar sin amarse, olvidamos que también estamos, que el otro no podrá entregarte todo, que siguen las demandas internas, que seguimos estando con o sin un otro.

Quiero decir, que te querré aún cuando todo no puedas llenar.
Quiero decir, que me querré aún cuando rebalse de amor.
Y lo haré, porque creo en el juego de las sincronías y equilibrios,
porque me aventuré en la cruzada junto a ti, porque el devenir y el ser juntos quieren bailar.
Lo haré porque es lo que quiero decir, y lo quiero decir porque lo haré.
Porque quiero enamorarme de nuestra perfecta imperfecta humanidad.


domingo, 13 de abril de 2014

Idear

La idea es mirar, mirarse.
La idea es volver hacia uno, esperando por aquella respuesta.
La idea es que sonrías, a ti mismo,
que no te avergüences, que no te desilusiones.
Que confíes en todo aquello que has hecho,
y poder dormir tranquilo en cualquier noche de invierno.

La idea no es ser perfecto, no.
La idea es hacer de los errores la oportunidad perfecta.
La idea es crecer, contigo mismo,
es creer en ti, es dar lo mejor de si.
Que no calles lo que mueres por decir,
que no te pases a llevar, que una máscara no se apodere de ti.

La idea es llevar la teoría a la práctica. Es releer, pero en primera persona, esta vez.


sábado, 8 de marzo de 2014

Germinando

Los árboles suelen dejar caer sus semillas, y a su alrededor la vida florece.
Otras veces, el viento lleva lejos esas semillas -sin rumbo muchas veces- y en tierras lejanas se crece.

Al final, pienso que pertenezco a cada lugar, pero sin realmente pertenecer.
Al final, amo cada lugar, pero no podría elegir entre cada abrazo que en ellos reside.
Al final, no sé donde estaré, pero sé que estoy.

Tal vez, fue el viento -y sigue siendo- quien ha hecho brotar raíces trazando un triángulo por el continente.

Tal vez nunca encuentre respuesta a mis añoranzas, pero tal vez ellas me encuentren a mi.

domingo, 26 de enero de 2014

La Puerta

La cortina abrió, creyendo que sólo fue la sombra de un pájaro fugitivo.
Para su sorpresa, había algo más, tal vez una ilusión, tal vez un recuerdo. Miró y miró por largo tiempo, se entretenía.
Sonidos aparecieron de repente, sonidos que no escuchaba a través de la ventana. Cuando abrió el pestillo, se dejó sentir una brisa leve, liviana, tímida pero por sobretodo, placentera. Y en ella, una pequeña voz susurrando. No, no era una ilusión.
Sin quererlo, entre medio de la brisa se entrometieron los miedos: tiempo, entrega, pasado, incertidumbre. 

¡ÁBRELA! ¡ABRE LA VENTANA AHORA!

Dos, tres, cuatro, las olas interiores interrumpieron y con fuerza abrieron la ventana. Una mano afuera sostuvo para no caer, y ahí estaba: tiempo, entrega, futuro. Ya no eran miedos.
Apretó su mano, con fuerza, sin saber que ocurriría, sin nada para esperar, con todo el tiempo para dejarse sorprender, para simplemente ser. 
Pero faltaba dar un paso más, faltaba otro pestillo por soltar. 
Pestañeó, y al volver, estaba la puerta.