lunes, 30 de diciembre de 2013

2013

La serpiente de agua tenía razón, se movió rápida, cautelosa, inesperada, oscilante, por todo el año.
Definitivamente ¡cuanta emoción sentí!, emociones que no sentía hace tiempo, otras que nunca esperé sentir. Varias caretas se revelaron, y aunque algunas escondí, la lucha por el equilibrio no se detuvo.

Feliz estoy por todos los nuevos conocimientos que han abierto mis pequeños ojos. Admito que me ha costado entender ciertos mundos y ciertas burbujas. Ahí iré con mi pequeña aguja, incluso tal vez algo pueda rescatar.

Melancólica me sentí por aquellos años de uniforme y risas circulares que quedaron atrás, pero no bastó mucho para sentirme querida y reír bajo un árbol cada lunes en esos espacios de tiempo con las nuevas personas con las que crucé caminos, que suerte la mía encontrarme con ustedes, aquél árbol espera por más anécdotas. 

Dudé de la amistad, lo hice. Pero al final comprendí, que simplemente comenzamos a trazarnos, que el bosquejo estaba pero que faltaba delinearlo. Sigo amándolos amigos, y ahora es mucho mejor, los extraño de verdad y espero disfrutar cada vez más los reencuentros. Y a los que lejos están, bueno, quizás algún día nos volvamos a cruzar.

Acá bajo el techo han habido muchas pruebas, creo que nunca había sentido tanto dolor, y creo que nunca me había detenido tanto a pensar y perdonar. Pero como la serpiente se movía, claro que alegrías venían. Tus triunfos son los míos, querrámoslo o no, si ríes una parte de mi también lo hará, pero hay otra que ajena debe estar. Hoy amo mucho, tolero más, y defiendo mi rol más.

Y yo, yo no sé en que momento se fue el año. No sé en que momento comencé a dudar de mi, y es ahí donde está la tarea para el caballo de madera. Investigaré, me adentraré, me amaré, me sanaré, y me atreveré.

Finalmente, lamento si fallé, estaré más atenta a aprender de ello. Y agradezco, como cada año. Pero este en especial, agradezco al vaivén que me llevó a conocer a personas increíbles, realmente inspiradoras. Vaivén que me acercó a momentos y conceptos que hicieron estallar mi corazón de amor, que hicieron sentir mi sangre hervir, que hicieron atreverme, que me hicieron inmensa e ínfima a la vez. Que hicieron de mi.

¡muchas gracias, y bienvenido seas 2014!