sábado, 21 de julio de 2012

Dejalo que se vaya

Que se aleje la basura, que no entre, que no se apodere.
Que se vaya lejos y que no mires atrás, que no quede rastro en el alma.

Difícil será. Nadie dijo que era sencillo (en realidad, debe ser más fácil de lo que parece).
Que no se apodere. Sonríe, si quieres llora; pero que se vaya.

Tranquilo.. sólo se irá, sólo dejalo que se vaya. Olvidalo, ya pasó. Es el momento y somos el ahora.
No te condicionará, no te amargará el día. Ya se fue y no volverá.

Si intenta volver, ya no podrá entrar.
Si entra otra vez: Dejalo que se vaya.

domingo, 1 de julio de 2012

¡Otra vez tú!

¡Oh!
Me acuerdo de ti, sí.
Te recuerdo una noche de verano, hace un año o quizás un par. Eran las tres de la mañana, una hora poco inusual para asomarme a la ventana. No sé que me sucedía, pero no tenía ganas de dormir.. y allí estabas, en una hora poco inusual para ti también, pues muchos como tú descansan en los árboles durante la madrugada.
No recuerdo que pasaba, pero me acuerdo de ti. Me miraste y yo sonreí. De una u otra forma nos hacíamos compañía, espero.
Quizás haya pasado ya mucho tiempo, pero un breve sonido desató la lluvia de hoy pasada la medianoche. Sin saber por qué me volví a asomar ¡Otra vez tú! y bajo la lluvia. Una vez más, sonreí pero no te dije nada. Parecías tan calmado o calmada, nunca lo sabré.
Nuestra relación es extraña, pero me conmueve saber que existes, me conmueven tus apariciones y como de una u otra forma me haces sentir viva.
Sí, una vez más desperté en medio de la naturaleza, esa que a veces enterramos y hacinamos, esa que en cualquier partícula encontramos, pero sin escucharnos.

¡Vuela lejos pequeño y grande amiguito!