¡Oh!
Me acuerdo de ti, sí.
Te recuerdo una noche de verano, hace un año o quizás un par. Eran las tres
de la mañana, una hora poco inusual para asomarme a la ventana. No sé que me sucedía,
pero no tenía ganas de dormir.. y allí estabas, en una hora poco inusual para
ti también, pues muchos como tú descansan en los árboles durante la madrugada.
No recuerdo que pasaba, pero me acuerdo de ti. Me miraste y yo sonreí. De
una u otra forma nos hacíamos compañía, espero.
Quizás haya pasado ya mucho tiempo, pero un breve sonido desató la lluvia de
hoy pasada la medianoche. Sin saber por qué me volví a asomar ¡Otra vez tú! y
bajo la lluvia. Una vez más, sonreí pero no te dije nada. Parecías tan calmado
o calmada, nunca lo sabré.
Nuestra relación es extraña, pero me conmueve saber que existes, me
conmueven tus apariciones y como de una u otra forma me haces sentir viva.
Sí, una vez más desperté en medio de la
naturaleza, esa que a veces enterramos y hacinamos, esa que en cualquier
partícula encontramos, pero sin escucharnos.
¡Vuela lejos pequeño y grande amiguito!
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