A veces te cansas.
Tanto ruido, tanta multitud, tantos comerciales, tanto tanto tanto.
Desesperados buscamos abarcar cada instante de tiempo, "que todo calce".
El control del tiempo nos controla a nosotros, desesperados queremos saber cuando sucederán las cosas: cuando llega la micro, cuanto es el tiempo de cocción, cuando leyó el mensaje, cuanto falta para las vacaciones, y así... hasta que a veces te cansas.
Que la educación, que la guerra, que los megapixeles de la cámara, que los comerciales de spotify, que la toma de ramos, que no me crié en capital, que el puto voldemort sigue apareciendo en los sueños, que la derecha, que la izquierda, que el depósito del banco, que el verano sin polera, que el trabajo en la comunidad, que las lentejas, que aquí, que allá.
Y te cansas. No es que no importe, solamente agota, cansa. No es que no importe, es que sigo siendo humana y a veces me canso.
Propongo dejar de quejarme, recostarme en el pasto, escribir y estirar la espalda para después "retomar el tiempo". (eso, o ir donde un asiático que realice acupuntura y dejar que me hable, sin que le entienda, sin procesar conceptos mientras simplemente le sonrío).
Mientras más apurados vivimos
ResponderEliminarsobrevivimos para cansarnos
para luego pausarnos
frenamos, pensamos, nos quejamos
reclamamos sin mucha fuerza
agotamos energías previamente
en todo lo que los demás esperan de uno
paranoia social de vivir locos
apurados y enfermos
permiso mi pausa es mi sonrisa
mi cómplice, mi pequeño triunfo.
Basta, toca pararme para luego
regresar a cansarme
todo sea para goce
de mi pequeña próxima victoria
PD: Me gustó su reflexión, me parece interesante seguir leyendo sus otras entradas,saludos.