Menos currículum, más experiencias.
Menos palabras, más silencios.
Menos marchar, más pausar.
Menos dirigir, más recibir.
Menos ego, más corazón.
Menos palabras, más silencios.
Menos marchar, más pausar.
Menos dirigir, más recibir.
Menos ego, más corazón.
Más caminar sin saber que encontrar, sin que el alma exija. Esa es la mejor forma de entregar. Observando, sonriendo, mirando a los ojos en silencio.
Descubrir que no necesitamos nada a cambio, que la entrega es sólo entrega libre y sin dueño, que el sentido es quien guía sin alardear su llegada.
La semilla trascenderá algún día, lejos o cerca de su agricultor, regalando una flor donde se encuentre. Su campo será el más fértil pero no el más floreado. Ve florecer los otros campos y así florece su corazón.
La huella del paso firme es silenciosa.