En realidad no hay certezas.
La vida no es vida sin misterio,
sin la incertidumbre del mañana.
La vida no es vida sin misterio,
sin la incertidumbre del mañana.
Y sufrimos, porque no hay certeza.
Porque nos empeñamos en inventarlas,
y terminamos atados a la nada.
Porque nos empeñamos en inventarlas,
y terminamos atados a la nada.
Vamos, quien sabe, vamos.
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