lunes, 30 de diciembre de 2013

2013

La serpiente de agua tenía razón, se movió rápida, cautelosa, inesperada, oscilante, por todo el año.
Definitivamente ¡cuanta emoción sentí!, emociones que no sentía hace tiempo, otras que nunca esperé sentir. Varias caretas se revelaron, y aunque algunas escondí, la lucha por el equilibrio no se detuvo.

Feliz estoy por todos los nuevos conocimientos que han abierto mis pequeños ojos. Admito que me ha costado entender ciertos mundos y ciertas burbujas. Ahí iré con mi pequeña aguja, incluso tal vez algo pueda rescatar.

Melancólica me sentí por aquellos años de uniforme y risas circulares que quedaron atrás, pero no bastó mucho para sentirme querida y reír bajo un árbol cada lunes en esos espacios de tiempo con las nuevas personas con las que crucé caminos, que suerte la mía encontrarme con ustedes, aquél árbol espera por más anécdotas. 

Dudé de la amistad, lo hice. Pero al final comprendí, que simplemente comenzamos a trazarnos, que el bosquejo estaba pero que faltaba delinearlo. Sigo amándolos amigos, y ahora es mucho mejor, los extraño de verdad y espero disfrutar cada vez más los reencuentros. Y a los que lejos están, bueno, quizás algún día nos volvamos a cruzar.

Acá bajo el techo han habido muchas pruebas, creo que nunca había sentido tanto dolor, y creo que nunca me había detenido tanto a pensar y perdonar. Pero como la serpiente se movía, claro que alegrías venían. Tus triunfos son los míos, querrámoslo o no, si ríes una parte de mi también lo hará, pero hay otra que ajena debe estar. Hoy amo mucho, tolero más, y defiendo mi rol más.

Y yo, yo no sé en que momento se fue el año. No sé en que momento comencé a dudar de mi, y es ahí donde está la tarea para el caballo de madera. Investigaré, me adentraré, me amaré, me sanaré, y me atreveré.

Finalmente, lamento si fallé, estaré más atenta a aprender de ello. Y agradezco, como cada año. Pero este en especial, agradezco al vaivén que me llevó a conocer a personas increíbles, realmente inspiradoras. Vaivén que me acercó a momentos y conceptos que hicieron estallar mi corazón de amor, que hicieron sentir mi sangre hervir, que hicieron atreverme, que me hicieron inmensa e ínfima a la vez. Que hicieron de mi.

¡muchas gracias, y bienvenido seas 2014!

sábado, 16 de noviembre de 2013

comienzo

Caminando dentro de mi voy encontrándome.
Voy preguntándome cuánto de todo esto siempre ha estado aquí,
y cuánto ha llegado por lo que viví.

¿Serán a caso ronchas sobre mi?
¿Serán a caso puertas que nunca quise abrir?

¿Será que debo combatir?
¿Será que debo aceptarme así?

Las preguntas rondan,
mientras las respuestas juegan.
Se inclinan por aquí, se vuelven por allá.

Y no queda más que ir, que seguir.
Que adentrarme en busca de las respuestas,
a pesar que de vez en cuando me pierda.



No queda más que acariciarme, que animarme, que aceptarme. Siempre dependiendo de la tarde.

martes, 22 de octubre de 2013

No se rendía

Sin saber porqué, no se rendía. 
Viajaba largas horas, al rededor de la luna. Llorando al paso, gritando al trazo. 
Se sorprendía y reía, se asustaba y corría, se cansaba y dormía. Dormía a los pies de aquella vida que tomó como vía. ¿Vía a qué? Ni lo sabía.

Seguía, y no se rendía. Cambiaba los pasos, los saltos, las risas y los llantos, los miedos aparecían y se iban, los variaba y desmoronaba, los volvía a crear y danzaba al rededor de aquella luna, su luna. Al terminar, volvía, jamás terminaba, volvía a empezar para nunca acabar, mientras pensaba en su anhelado final, en su viaje entre las estrellas, en un espiral como guía. Y a pesar de todo, no se rendía, no caía, y seguía sin saber que rayos es lo que lo movía.

Y con los pies llenos de tierra lo veo, mis ojos lo siguen algunas noches y a veces reímos. Yo siempre he sabido que gira, pero aunque grite, no me escucharía. En el fondo gira porque he sido su guía, y no encuentro desvío que sirva para mi vida.

domingo, 29 de septiembre de 2013

"El hombre nace libre, responsable, y sin excusas" Jean Paul Sartre.

Mírame a los ojos y dime si no has tenido oportunidad de elección, mírame y trata de negar que eres quien has querido ser.
Si has reído, fue porque decidiste acercarte a la risa. Si te han hecho daño, y sigues llorando, es porque no has querido escapar del dolor. Si no has querido escapar teniendo todas las posibilidades de hacerlo, y te quejas, creo que ya sabes la respuesta.

Nadie dicho que sea fácil, pero muchos han dicho que es imposible, y no lo es. Estamos aquí, minúsculos en un gran mundo, en un gran universo lleno de posibilidades y caminos. Estamos aquí para equivocarnos, para probar, pero no para caminar inconscientemente. Hay quienes nos ayudarán, otros pocos nos harán tropezar, tal vez algunos te alienten o intenten cambiar de opinión, y no será fácil, pero aquí seguiremos, eligiendo una y otra vez quienes seremos.

No hay excusas, siempre habrán respuestas, y siempre habrá que puedas hacer ante esas respuestas.

"Habremos de ser lo que hagamos, con aquello que hicieron de nosotros".

lunes, 2 de septiembre de 2013

y sin embargo

Yo, que he sufrido tanto,
camino preguntando,
preguntando al sol por su fuerza,
preguntando a los árboles por su firmeza,
preguntando a la brisa por su ligereza,
preguntando al suelo por su fértil tierra,
preguntando, preguntando a cada paso.

Yo, que he sufrido tanto,
algunos días me canso,
muchos los lloro,
otros los mato.
Y sin embargo, siguen estando.

Yo, que he sufrido tanto,
pregunto a Dios la razón,
le agradezco por la superación,
por lo avanzado y lo inesperado.
Le digo que ya no aguanto, le pido un descanso.

Yo, que he sufrido tanto,
sigo esperando,
Dios no ha contestado,
el sol no ha hablado,
y yo, que sigo sufriendo tanto.

Yo, que he sufrido tanto.
Y sin embargo, no puedo sufrir,
no puedo dejar de emocionarme,
de llorar y reír, de alguna forma vivir,
de insistir, a los árboles y ángeles,
a mi misma, a mis circunstancias.

Porque he sufrido, y sigo estando,
sigo aguantando, arriando, caminando.
Sigo, no sé porqué. No sé hasta cuando.
Pero ahí voy, porque no quiero seguir sufriendo,
ni cometer los errores del pasado y antepasados.

Porque si esta es la vida que me tocó vivir,
tendré que morir viviendo, y no vivir muriendo.

viernes, 2 de agosto de 2013

Contra-dicción

Somos soñadores por naturaleza, anhelamos momentos e imaginamos procesos. 
Pero siempre llega el momento de elegir (quizá apresuradamente, y quizá sin siquiera tener tiempo) cual de todos los caminos a seguir, emprenderemos. Qué tipo de combinaciones haremos, cómo lo haremos, cuándo, con quienes, etc. Realizar cambios radicales se convierte en algo de valientes, pues hay muchos que ya han avanzado, mientras sigues parado pensando, con la imagen castigadora de tu alrededor, con el reloj sonando tic-tac y cada vez de forma más potente.


Somos un devenir constante, aprendemos cada segundo. Es imposible pensar en un sólo camino, pero aún así, tendemos a ello. De todos los caminos que te harán feliz, que llenaran un rinconcito de tu ser, tendemos a escoger uno (aunque hay quienes no lo hacen), pero no puedo dejar de añorar los otros caminos. Sigo siendo un ser soñador, y sigo soñando con ellos aún disfrutando de otro. Anhelamos, siempre. 


Parece ser que la tarea -y lo más sano- está en mezclar, variar, y equilibrar estos deseos junto con sus caminos. Parece ser que no es fácil, que requiere aprovechar todo al máximo pero sin fatigarse. Al parecer por ahí voy, espero.
Supongo que a todos les pasa.
O sólo me pasa a mi.  


sábado, 6 de julio de 2013

Ángeles encubiertos

Somos ángeles encubiertos.
Caminamos por allí sin saberlo, sin creerlo. Pero lo somos, somos ángeles encubiertos cuidando de los demás, secando lágrimas a nuestro pasar, sonriendo y construyendo.
Entregamos pañuelitos con consuelos sin saber que somos ángeles, sin saber lo que entregamos tras ese gesto. Y así vivimos, dentro de esos pequeños mensajes, sin darnos cuenta de nuestra potencialidad capaz de transformar visiones.
Estamos encubiertos bajo rutinas y prejuicios, bajo oscuridad y malestar, bajo indiferencia y enojo, bajo un sin fin de cebollas.
Pero estamos.



Gracias por todos esos pañuelitos, sonrisas, música, palabras, explicaciones, defensas, complicidades, y sin fin de acciones entregadas por esos ángeles encubiertos anónimos que se han topado en casualidades no casuales.

jueves, 4 de julio de 2013

Cafés con fe

Matutinos, inesperados, nublados, solitarios.
Vespertinos, planeados, soleados, acompañados.
Cafés que van acompañados de esperanzas que invitan a seguir, a vivir.
Respirando su aroma, sintiendo su amargura o dulzura, sintiéndolo recorrer nuestro interior.

Allí está, junto a nosotros.
Calmado, aguantando. 
Fuerte, sincero.

Espera por nosotros, espera.
Se aleja, desaparece.
Su existencia ínfima nos revela la vida.
Pero ya habrá otro tiempo, mientras la fe no la perdamos.


sábado, 29 de junio de 2013

Hijos de los caminos

Esto que publicaré, lo escribí para un trabajo del colegio a mediados del 2012. Lo encontré hoy, y no quiero que se pierda. Algún día lo leeré otra vez, y será interesante:


Hijos de los caminos 
por Oriana García R.

“Yo no sé de donde soy, mi casa está en la frontera”,  se escucha en la melodía del cantautor uruguayo Jorge Drexler mientras se plasma la tinta en este papel. Saber quien somos y de donde provenimos es un misterio que desde la existencia del mito da vueltas en la conciencia humana, y la búsqueda constante de una respuesta sigue merodeando por nuestras calles hasta el día de hoy. Incluso cuando nos mirarnos al espejo y observamos cada detalle de nuestro cuerpo, cómo buscando explicación alguna de nuestra existencia, cómo intentando reconocernos en el universo. Y es aquí donde me detengo, pues nuestra naturaleza nos pide que nos desenvolvamos en un determinado lugar, y se ha observado a lo largo de la historia como adquirimos características del espacio en el cuál nos criamos y movemos. A su vez, esa idiosincrasia pareciera ser compartida con nuestro par, que también se encuentra en el mismo lugar. Esto nos permite identificarnos con mayor facilidad, comprendiendo que muchas veces (por no decir en su mayoría) quienes determinan nuestro accionar son los que nos rodean y viceversa. ¿Pero qué sucede con aquellos que ya formados en una identidad deben partir? ¿Qué sucede con quienes reciben a aquellos que vienen llegando? Ahora se ven dos sujetos diferentes compartiendo un mismo espacio, y uno de ellos, con las definiciones latentes de su antiguo lugar. Tal vez, el viajero se adapte a las nuevas exigencias de su medio, o quizás determine una nueva conducta para los que ya se encontraban en el lugar pero, en realidad pienso que es un poco de ambas y a la vez nada, porque al existir tal encuentro nace una nueva identidad para ambos, que de ahí en adelante los conectará y hasta podrá seguir variando.  

Lo que busco explicar con todo esto es nuestra existencia cambiante de seres humanos. Un gran ejemplo de este suceso es Latinoamérica antes y después de su "descubrimiento" por parte de los Europeos. Antes de la llegada a las islas del Caribe por parte de Cristóbal Colón, en nuestra región existía un orden muy diferente al que tenemos ahora: tanto las culturas predominantes. como las tribus y pueblos más pequeños tenían como gran característica en común su disposición total a la vida basada en la naturaleza. Desde los Olmecas en Mesoamérica hasta los Onas en la Tierra del Fuego compartían esta característica que ni las grandes civilizaciones del mundo occidental como Grecia y Roma lograron cultivar. Allí vemos un destello enorme de nuestros primeros trazos de identidad, no obstante, nos encontraríamos de igual forma con diversas diferencias dentro del continente que también influyeron en la identidad actual de los países (pero de eso haré referencia más adelante). 

Tras la llegada de los españoles y portugueses a nuestras tierras hubo un vuelco total de la historia que cambiaría la visión de mundo que se tenía hasta entonces, muchos postulan que lo sucedido en aquellos siglos fue una imposición y dominación total de una visión occidental empapada por el afán de riquezas y aventuras que arrasó con el bosque frondoso  de colores que crecía en el continente, también algunos más positivos afirman que lo que sucedió fue un gran intercambio cultural pero, yo insisto en que ocurrieron ambos postulados, y a la vez ninguno; porque estaríamos frente a algo que no se podría encasillar completamente en alguna de las posturas y además, al igual que muchos, debo admitir que mis rasgos físicos por más que quisiera no tienen ni una pincelada de la cultura Inca o Charrúa y por el contrario, se puede encajar perfectamente en algún prototipo español, pero a pesar de ello, mi corazón está totalmente conectado a éstas tierras y me sería muy difícil cambiarla de un día para otro. Volviendo a la historia, es una triste verdad los horrores y errores cometidos tras catalogar a América como el nuevo mundo, pues la ignorancia y el deseo ambicioso del humano por poseer la única verdad cegaron los ojos de quienes desembarcaban en nuestras aguas y acabaron poco a poco con la energía que disipaba América. Pero, ¿por qué seguimos siendo tan especiales y únicos?, tal vez la energía de nuestro continente no se acabó por completo; incluso ya hacía el siglo XIX existían un grupo de españoles y criollos que querían desvincularse totalmente del reino español y sentían dentro de sí una corriente única y diferente, incluso los africanos que muy poco entendían también se sintieron participe del sentimiento especial en el cual tuvieron gran influencia hasta el día de hoy. Ya habían cambiado y realmente empezaría a existir un “nuevo mundo” que se armaba paralelamente a la historia como un rompecabezas con piezas de distintos colores y formas, que crean una sola gran imagen diferente a otras y que paulatinamente dejaría de distinguir a pueblos originarios, españoles, portugueses y africanos que viven en un mismo territorio y empezaría a agruparlos a todos como americanos y posteriormente como latinoamericanos.  

“Y las fronteras se mueven, como las banderas”, siguen sonando los acordes, y es que cuando hablamos de identidad para quienes han experimentado viajes en su vida es un poco más complejo. Las personas conocemos a lo menos alguien que ha tenido que emigrar, y en mi particularidad incluso puedo hacer mención de generaciones en mi familia. Quienes crecen en una determinada región, como dijimos antes, adquieren características propias del lugar y por ello que muchas veces se nos hace fácil distinguir a un francés de un italiano o de un caribeño, pero al momento de partir a vivir a otro lugar, la persona tímidamente se aferra a sus raíces o “identidad” y promete no soltarlas pase lo que pase, pues es lo único que le estaría quedando a la lejanía, aunque viaje a un país vecino con aspectos similares. 

En esta situación mi tesis se aplica concretamente, pues la persona que llega a un nuevo lugar, por más que se resista terminará adquiriendo alguna variable de la identidad propia del nuevo lugar; es como el gringo que vivió unos años en Venezuela y después de una visita a su país de origen afirma que sus propias raíces son “aburridas” porque lo que antes le parecía divertido y normal ha cambiado por sonidos latinos y expresiones carnavalescas. También le pasó a una gran amiga que lleva viviendo varios años en España, y tras visitar Chile el invierno pasado, no se acostumbraba a la idea de que no existieran puntos de reciclajes en todas partes y, hasta le molestaba. Pero no significa que se hayan desprendido de su identidad de origen (aplicaremos este término), todo lo contrario, buscan resaltarla en cada ocasión y es por esto que se hace difícil explicar y definir una identidad. Si nos vamos al otro lado, y a nuestro alrededor llega alguien de alguna cultura diferente, lo más seguro es que en primera instancia no comprenderemos la personalidad de la persona, sus comidas, su humor, gustos, etc. Incluso algunos llegan a caer en discriminaciones, por el simple hecho de no comprender que en todo el mundo existen diversas características que conforman una identidad. Pero pasará el tiempo y la persona se familiarizará con los rasgos de aquél que llama extranjero y desde ese diminuto momento ya se estará creando una nueva identidad para ambos. Hubo un punto en que ambas identidades o culturas se encontraron y el sólo saber que existe un otro les determina un nuevo pensamiento, incluso aunque sea un pensamiento negativo, acaban de crear una nueva visión que se adhiere a su ser y por lo tanto a su identidad. Estas experiencias crean una nueva identidad por el simple hecho de que en la anterior no se da la situación de la misma manera, ya que si lo vives dentro de tu región y conoces a alguien de otra, tendrás una percepción diferente a la que se podría crear siendo tú el que llegue a algún lugar, además, siempre variará la identidad con cada experiencia, ya que es muy difícil que todas sean iguales. Y por último, porque no se está renunciando a los rasgos de origen, ni tampoco se está adhiriendo en completamente la idiosincrasia de donde se establece el nuevo hogar. 

Aquí se produce otro conflicto, ¿entonces, qué entendemos por identidad? Quizás ni tenemos identidad, porque si en cada encuentro nos estaremos formando, ésta siempre cambiará y nunca llegará a algún consenso. Pero esa es la gracia, y es por ello que la definición de este concepto no ha logrado ser una que satisfaga a todos en el mundo, y es por ello que cada día alguien mientras escucha una canción se lo pregunta. “Mi patria es un rinconcito, el canto de una cigarra” terminó por convencerse Drexler, nacido en Uruguay, hijo de exiliado alemán y actualmente residente en Madrid junto a su esposa de origen holandés. Nuestra identidad siempre estará cambiando, en cada experiencia y nunca sabremos con certeza cuál será el siguiente paso que nos llevará a algún nuevo camino de misterios y aprendizaje. Recuerdo uno que di y que seguramente de algún modo me llevó a escribir estas letras hoy, por eso finalizaré con aquellas palabras de Felipe Cabalúz, quien alguna vez me hizo clases de historia: Pienso en mi patria no como un territorio, y menos una bandera, sino que la pienso como todas aquellas personas que he tenido la suerte de tomar de sus manos para caminar y aprender juntos. Es ahí donde reside mi verdadero hogar".


martes, 4 de junio de 2013

tristes miradas

Las miradas tristes se notan a kilómetros. Pertenecerán a las mejores sonrisas, pero tristes siempre estarán.
Quizás sin darse cuenta, quizás sin quererlo expresar, pero tristes están. Algo adentro, en lo más profundo del ser está triste, algo hace que arrastren su melancolía por el resto de sus vidas. Se les reconocen a kilómetros: soñadores, depresivos, gritones, sabios, intensos, apasionados, creadores, curiosos, viajeros, nostálgicos; cualquiera puede llevar una mirada triste. Basta con tomarlos de sorpresa y observarlos un par de segundos, perdidos... perdidos en una tristeza infinita, profunda, inexplicable. Y sin embargo, allá van, como si nada; los vemos en todas las fiestas, se cruzan a diario  con nosotros, nos enamoramos de ellos, nos hacen reír, los odiamos, los idolatramos, lideran espacios,  bailan toda la noche, no comen cebolla, y se pierden en los más mínimos detalles.

domingo, 2 de junio de 2013

A los que le abrí mi corazón, a los que se lo abriré:

No sé cuándo ni cómo, sólo sé que cuesta y mucho. Cuesta tomar las riendas y despojarse. Cuesta confiar y comprometerse pensando en el temor a, no sé realmente, quizás a dejar la soledad, o tal vez a adquirir una responsabilidad de amistad. 
No sé cuando me introvertí así, o quizás siempre fui así y recién le estoy tomando el peso. Me cuesta tirar lazos, y cuando lo hago, lo hago con tanto amor que pensar en cortarlos me parece espeluznante, pero sin duda lo que más me ha costado, es darme cuenta y aceptar esto. Hoy estoy en el punto de no sé si "cambiarlo" o seguir como si nada, aunque parece que la mejor solución está en la mezcla de las dos: relajarme, y no tener miedo. 
 Pero mientras me aventuro en eso, creo que no está de más agradecer, y otorgarle un gran valor al amigo que lee esto. No sé quien específicamente eres, tampoco que piensas en este momento, sólo sé que algo me has entregado, y vaya que lo valoro! Sabes que soy muy sentimental, y que aunque no siempre lo demuestre, no me ha sido fácil lidiar con tantos cambios y tantas raíces dispersas por el continente, disculpa también si a veces he sido muy hincha pelotas o extraña pa' mis cosas, pero jajajaj, daaaah eso es lo entretenido, tampoco sientas que mi frialdad pasajera te aleja, siempre estaré de alguna u otra forma, en algún u otro tiempo y momento. Y bueno, gracias por también abrirme un espacio en tu corazoncillo y camino, y espero que aunque éste último cambie, nos conectemos en otros.

sábado, 18 de mayo de 2013

(Sentimiento) + Sentir

(Tan feliz...
Tan feliz haciendo lo suyo,
parecía cómo si flotara, cómo si volara,
cómo si sus ojos al brillar hablaran.
cómo si su sonrisa abrazara.

¿Qué es aquello que vive dentro?
¡que es aquello que vive?

Tan feliz se sentía...
Que envidia la mía,
que ganas las mías,
ganas de atreverme,
despojarme y sonreír a través de los ojos.

¿Qué es aquello que retiene?
¿Qué es aquello que me puede?

Tantos caminos...
Tantos que se hace difícil elegir,
tantos esperando por mi,
y yo aquí.)

Seba Lay - Todo va a estar bien (en vivo)

Sentir, lo más hermoso debe ser sentir.
Vivir y sentir, lo más hermoso es sentir y vivir.
Allí está nuestra esencia, no somos más que sentimientos.
A duras penas razono en este momento, pues los sentimientos mueven mis dedos.
Somos una cápsula llena de energía, que sentimos.
Bailamos, reímos, lloramos, gritamos, fracasamos, amamos, odiamos, sospechamos, vivimos.
Nuestros sentidos piden a gritos que los amemos, odiemos, que los vivamos.
Caminar, pintar, reír, llorar, fruncir, correr, actuar, bailar, saltar, escribir, escuchar, hablar, vivir.
Vivir, vivir, vivir, vivir, sentir, vivir.
Lograr conectar nuestra energía es lo más hermoso que hay, lograr sentir: ¡ESTAMOS VIVOS!.
Vinimos a vivir, no a creer vivir. Por eso, sintamos, altos y bajos vendrán, vendrán para recordarnos que estamos vivos, que no somos una utopía, que vivimos y sentimos, que no somos una máquina "perfecta". [en nuestra imperfección está nuestra perfección].
Conectemonos, no neguemos nuestros sentidos y sentimientos. Vivamos, abramos nuestros sentidos y sintamos. Sintamos y abramos nuestros sentidos.
La energía está aquí, allí. En ti, en mi. En todo, en todos.
No la dejemos morir en vida, sumémonos a su vaivén, fluyamos, vivamos.

domingo, 12 de mayo de 2013

Aquella dimensión desconocida

Cada mes, en sueños se veían.
En sueños imaginaban y reían. Vivían lo que al alba desaparecía.
Valía la pena esperar esos sueños. Tan reales, tan latentes, tan emocionales.
Siempre era igual: se encontraban, se pedían perdón con la mirada, y al juntar sus manos sabían que todo empezaría de nuevo, sin rencor, despacio y a lo que deparara la vida.
Sin embargo, algo sucedía. Se separaban nuevamente, tristes, como huyendo de algo que no podían controlar. Se separaban después de las sonrisas para tiempo después, repetir la misma historia en otro lugar, en otro sueño, en otro tiempo.
Despertar era extraño, era una mezcla de alegría y desvelo, de realidad y ficción. Alegría y realidad. Desvelo y ficción.

No sé con qué me quedaría pero, fue bonito.

domingo, 28 de abril de 2013

Silencio

¿Qué tiene el silencio que lo alejamos del ser?
Cuándo todo falle, ahí estará para nosotros.
Es con quien venimos y con quien nos vamos. El silencio es inmortal, traspasa dimensiones y se conecta con todo, con todos.
Junto a él las pulsaciones aceleran, disminuyen. Junto a él las pulsaciones se apoderan de nuestro cuerpo y alma, los convierte en un sólo ente liviano y pesado a la vez.
El silencio nos acerca a aquello que huimos, a nuestros miedos, alegrías, tristezas, sorpresas: a nuestra vida. ¿En qué momento el silencio se convirtió en una enfermedad? ¿En qué momento nos dijeron que nos convertía en locos? Seamos todos locos, si es que así en realidad nuestro ser lo pide.

En el silencio se vive tanto o más que en la bulla. En el silencio se escucha de verdad.
En estos días extraño el silencio e envidio a quien lo posee. En estos días quisiera que un silencio atravesara mi corazón y me llevara a donde realmente pertenezco. Quisiera pedirle disculpas a mi silencio, por no hacerlo hablar, por callarlo en cada decisión, por no defenderlo, por no tomar su mano.

El silencio pide desconectarnos para realmente conectarnos. El silencio nos llama con cada mirada solitaria, con cada vacío, con cada pensamiento en madrugada, con cada brisa helada. Espera por nosotros, por todos. Espera porque nos llevará a ese lugar en común, a ese silencio universal que subyace olvidado en la humanidad. Nos llevará a vivir, a sentir, a realmente hablar y escuchar, a comunicar, a dejar huella. A traspasar.

Querido compañero; no te alejes de mi, no dejes que me hunda, no dejes que me pierda. Quiero amarte siempre, quiero amar y amarme. Necesito correr y escaparme de vez en cuando, necesito ponerte al día  (y quizás me retes por muchas cosas), necesito sentir que sigues aquí y que yo también sigo aquí.
Allá voy, no vayas tan rápido porque a veces me tropiezo y otras me distraigo un rato (también debo equilibrarte), no vayas tan rápido porque me da miedo perderte de vista, no vayas tan rápido porque quiero que me acompañes el resto de la vida.


sábado, 6 de abril de 2013

El viejo que se perdió en un tango.

Siempre fuiste un viejo bueno
Te perdiste en un mundo desconocido para el resto, cauteloso lo hiciste.
Tu mirada se adentró en ese mundo sin avisar, sin planificarlo, sin invitarnos.
Yo nunca me enteré, nunca lo asimilé hasta hoy. Pensaba que el tiempo no corría, pensaba que crecía pero que no envejecías, y vaya... pensé mal. Quisiera ahora pedir disculpas, aunque sé que dirás que no tengo culpa alguna, pero hay algo a lo que no te puedes negar, y es que quiero que me ayudes a no repetir la historia. Yo hubiese querido valorarte más de lo poco que lo hice, hubiese querido aprovecharte, escucharte y recordarte. Quería equivocarme y que estuvieras allí para darme algún consejo, o simplemente que me malcriaras como todo abuelo choco.
No sé si por algunos años recordaste quien era, o sólo fuiste el caballero educado que te caracterizaba cada vez que en algunas vacaciones me veías; pero sé que en donde quieras que estés lo estás haciendo, sé que me ayudas a aprender y sé que me haces reír en cada sueño con tu risa de oveja.

Por medio de la distancia nos relacionamos, poco, pero créeme que significativamente.  Recuerdo cuando tu enfermedad se hacía a un lado para que recordaras y cantaras aquellos tangos qué, vaya... nadie más que tu podía recordar sus letras con aquella emoción. Recuerdo tu mirada, aún en los últimos momentos cuando con suerte te movías: dulce y fuerte a la vez, triste y valiente, pasiva y activa, pero sobre todo... la mirada más sencilla y sincera que jamás podré volver a ver.
Tenías para mucho más viejo, estabas fuerte, sano y lleno de vida, pero algo que sólo tu debes saber quiso adentrarte en ese misterioso mundo. Pero sé, que esos breves lapsos cuando tu mirada cambiaba y llorabas, era cuando escapabas y volvías al presente para recordarnos que aún estabas allí, para implorarnos que no te olvidáramos, como un niño pidiendo perdón por no recordarnos. Espero que esos segundos me hayas reconocido, espero que hayas estado orgulloso por todo lo que he crecido, espero que sepas que mucho de esos valores los heredé de ti, y espero hacer lo mejor en vida para acercarme aunque sea un poquitito a tu nobleza y sabiduría.

Te pido perdón por recién estar sintiendo tu partida, por recién llorar y llevar un luto, por tardarme un año en sentir cuanta falta me hiciste y en aceptar que al menos en esta vida ya no hay tiempo para recuperar y construir momentos. Sé que ya estás mejor, que estás junto a tus amigos, primos y hermanos cantando y viendo el fútbol, sé que tus cenizas de vez en cuando me acarician en forma de brisa libre. Te prometo que trataré de ser cada día mejor, de amar y aprovechar a quienes en vida siguen, y sobretodo prometo volver a compartir un helado casero junto a ti.

Gracias por enseñarnos hasta el día de hoy, te amo.




jueves, 21 de febrero de 2013

Fronteras del corazón

Fronteras del corazón, líneas que limitan.
Líneas curvas, envolventes, escurridizas.
¡Díganme a donde irán a parar! O mejor no lo hagan.
Díganme cual es el lugar, o mejor olvidenlo.

En cada noche, en cada cielo se refugian.
Cielos estrellados, callados, lejanos.
En cada aroma susurran los recuerdos y sueños.
Cielos nostálgicos, esperanzados, cercanos.

Dudosa, ansiosa; me vuelven loca.
Me asustan las despedidas, también las bienvenidas.
Díganme ya, tracen sus líneas ya.
Despiértenme ya.

Supongo que esta será una noche más.
Una brisa más,
unas ganas más,
una melancolía más.

Corazón vacío, corazón lleno.
Lo mismo es, dudoso a la vez.
¿Qué faltará? ¡Ay, estas ganas!
¡Ay!

Ganas de volar y quedarse.
Ganas de descubrir, perder y conservar.
Aquello que nunca fue no para de gritar.
Y es lo mismo que quiere intentar, y una revancha encontrar.

¿Será el miedo al tiempo?
No soporto olvidar todo al amanecer.
Quedarse atrás aterra con su voz.
¿Entonces?

Interrogantes para las fronteras del corazón.
No me lleven cada noche, no me olviden al alba.
Decídanse, decidan por mi e invítenme a decidir.
¿Dónde firmo esta tregua? Ah, allí.


martes, 29 de enero de 2013

círculos (al parecer crecimos)

Empiezan a plasmarse las letras, empiezan los recuerdos. No ha pasado mucho, pero acá va:

Fueron tiempos y lugares que se convirtieron en infinitos momentos: risas, bostezos, bromah's, preocupaciones y más. Fueron nuestros esfuerzos y desarrollo, y por sobre todo, fueron parte de la vida.

Así se nos pasó la suciedad, los caminitos de agua, las huidas del sol y las búsquedas del sol. De un día para otro dejó de ser para siempre parte de nuestro instintivo caminar y pasó a descansar detrás de una puerta de nuestro corazón para, de vez en cuando asomarse en forma de recuerdo y sonrisa.

Sin duda muchos otros tesoros de vida estarán por venir, pero nunca iguales. Y no es que esté triste, pues la melancolía sabe mezclar tan bien los sentimientos que nunca se puede estar sintiendo sólo uno a la vez. Pero hay algo que si me evoca siempre: el deseo de dar gracias.

Gracias a la vida (cómo más de un ser ha expresado), gracias a los sentimientos, a los errores, a las peleas, a los abrazos, a los consejos, a las complicidades, a los consuelos, a la ignorancia y al saber, a los recreos, a los microondas tardíos, a las caídas, a los chillidos, a las clases exprés, a las botellas, a las manzanas, al hambre, a los desodorantes comunitarios, a la música, a las fotos y videos, a la "rebeldía", a las calzas salvadoras, al sol, a los círculos, y sobretodo a aquellas casualidades no casuales que me permiten esta tarde añorar brevemente una mágica etapa y a aquellos amigos que podré ver o no después, pero que para mi suerte (o mala suerte) siempre serán los amigos que las mañanas junto al sol me evocarán con una sonrisa.


Solemos darnos cuenta al final.

lunes, 14 de enero de 2013

no me olvido


Es como si fuese ayer que nos despedimos, que sentí el tiempo y la brisa detenerse cuando lloraba sin saber por qué.
Ya me había acostumbrados a los eneros contigo, a tu brisa... esa brisa.
A veces se tiene que elegir, y elegí sacrificar muchas cosas entre ellas tú. Aprendí otras cosas, pero te extrañé mucho.
Quien sabe, tal vez te visite un día de estos. Pero de igual forma se que no repondrá lo que ya perdí.